Había vuelto para buscar el móvil. Regresaba con mis amigos cuando escuché un ruido procedente de la otra habitación. Mi hermana se estaba masturbando.
Sonaba como una maquinilla de afeitar y gemidos. Asome la nariz por la ranura d ela puerta y para mi sorpresa, mi hermana estaba masturbándose con un vibrador. Aguantándome la risa, pensé en gastarle una broma. La llamé por teléfono con número oculto, y al descolgar puse la voz más viciosa que pude. No aguante mucho antes de que me pillara.
Cuando pensaba que todo quedaría ahí, y estaba a punto de salir de casa, mi hermana vino corriendo detrás de mi. Me arrastró hasta su habitación. Y una vez allí, metiendo su mano por la cintura de mi pantalón me dijo que no tendría que masturbarse si yo estuviese dispuesto a jugar una ratito con ella.
Mi mente se nublo, toda la sangre la tenia concentrada en la entrepierna, y mi reacción fue empujarla sobre la cama y lanzarme sobre ella. Mi mano la masturbaba por encima de las breguitas antes de arrancárselas y hundir mi boca en su coñito. Ella se volvía loca mientras yo le comía el culo. no sospechaba nada, y no se esperaba que le fuese a meter la polla de golpe por detrás. Los gemidos de placer se transformaron en grito de dolor. Mi polla entraba y salía de su culo sin lubricación ninguna.
Poco a poco se acostumbró a tener mi polla dentro, y cuando dejó de oponer resistencia la solté. Entonces se saco mi polla, y se la metió en la boca. Estuvo un buen rato mamando hasta que me pidió que se la metiera de nuevo, pero esta vez por el coñito. Lo tenia realmente húmedo, y me la estuve follando hasta que noté que el orgasmo era inminente. Entonces se la saque de dentro y se la acerqué a la boquita para que probase la corrida de su hermanito.